Con vestidos largos, faldas de seda o un traje minimalista. También funcionan con colores neutros y cortes sencillos, porque el tacón fino brilla por sí solo y aporta ese aire chic que transforma cualquier conjunto en algo más sofisticado.
Sí, siempre que elijas un diseño equilibrado. Con una buena horma y tiras bien distribuidas, el tacón fino puede ser cómodo incluso en celebraciones largas. Es cuestión de altura: entre 6 y 8 cm resulta perfecto para bailar, caminar y disfrutar sin que el zapato te frene.
El tacón fino tiene un aire más sofisticado y alarga la silueta de una forma especial. El ancho, en cambio, es más estable y práctico para caminar durante horas. Uno no sustituye al otro: simplemente se elige según la ocasión. El fino es pura elegancia; el ancho, comodidad absoluta.