Son un comodín. Van igual de bien con un vestido ligero que con un pantalón recto de lino o unos jeans. Tienen esa naturalidad que encaja tanto en un look informal de día como en un conjunto cuidado para una tarde entre amigas.
Las de dedo sujetan justo en la base, con esa pequeña tira que separa o rodea el dedo gordo. Las de pala, en cambio, abrazan el empeine con una banda ancha. La tira central es necesaria para poder colocar la joya en el centro del empeine y la pala son diseños sin cierres ni hebillas. La sensación al caminar es distinta, pero ambas dan prioridad a la comodidad con diferentes estilos.
Lo son. En nuestro caso, usamos piel suave que se adapta al pie y evita las típicas rozaduras entre los dedos. Son ligeras, frescas y fáciles de llevar, justo lo que se busca en una sandalia para el día a día.